martes, 28 de abril de 2015

HISTORIA DE LA DEVALUACION DE LA MONEDA HONDUREÑA 

En Honduras, el tipo de cambio (de referencia) se determina en función de la oferta y la demanda del mercado de divisas, según el decreto 136/94 del 12 de octubre de 1994, que fue ratificado en las reformas a la Ley del Banco Central de Honduras (BCH), aprobadas por el Congreso Nacional (CN) mediante el decreto número 228-96.
No obstante, antes de llegar a ese punto hubo algunos sucesos. Hasta el 11 de marzo de 1990, el tipo de cambio oficial fue L2 por $1.00. Luego, desde el 12 de marzo de ese año hasta el 11 de octubre de 1994, el tipo de cambio en el país se regía por el factor de valoración aduanera y luego pasó a ser un tipo de cambio de referencia.
En octubre de 2005, el BCH fijó el tipo de cambio en L18.90 por $1.00 hasta junio de 2011.
En 2013, el BCH continuó utilizando el régimen de la banda cambiaria con un margen de más o menos 7.0% con respecto al precio de la base para determinar el tipo de cambio de referencia.
En julio de 2013, el tipo de cambio de referencia debía reflejar las señales del mercado implícitas en el precio base, por lo que el directorio estableció que los precios de ofertas de las solicitudes de compra en el mercado organizado de divisas no deben ser mayor del 1% del promedio del precio base vigente en las subastas realizadas en los siete días hábiles previos. 
En diciembre de ese año, el tipo de cambio cerró en L20.5975 en promedio por $1.00.

El sistema permite control

“Yo estimo que el sistema es bueno porque permite un control y a la vez establece el precio por mercado. Creo que lo que va a pasar es que si el Fondo Monetario Internacional (FMI) pide devaluación, entonces van a empezar a subirle al techo más rápido y eso hará que la moneda se deslice, pero siempre controlada, no a grandes saltos. Es decir, va ir de L21 a L21.10, luego a L21.15 y así, solo que un poco más acelerada que lo que ha sido hasta ahora”, indica Federico Álvarez.

En referencia a ese deslizamiento, Marlon Tábora ha dicho hasta el cansancio que no se tomará ninguna medida que perjudique la economía de los hondureños. Sin embargo, para el expresidente del BCIE, “esas son declaraciones políticas. La forma disimulada de hacerlo es dejar que sea el mercado que lo vaya fijando (el precio del dólar) dentro de esa banda cambiaria, pero ellos (el Gobierno) siempre regulándolo”.

De la misma forma, Álvarez reitera que la metodología es la correcta. “Por muchos años Honduras puso el precio del dólar y lo mantuvo artificialmente. El otro extremo es dejar simplemente libre la divisa y que sea el mercado que lo fije (la oferta y la demanda); pero en ese caso se puede venir una devaluación brutal y eso no le conviene en lo absoluto al país”.

“En este momento (el Gobierno) va preparándose para la negociación con el FMI. Entonces van a jurar hasta con los dedos de los pies que no están devaluando, pero en realidad sí están devaluando al levantar el techo. Eso hace que la moneda se deslice más rápido”.

Aunque el funcionario reconoce que la banda cambiaria es un buen mecanismo para controlar la depreciación, refiere que los efectos de la pérdida de valor del lempira persisten de forma constante y negativa en la economía hondureña. 

Por ejemplo, las importaciones se vuelven más caras y, por ende los consumidores tienen que pagar más por la adquisición de una mercancía.

“El efecto más grave ocurre sobre el petróleo porque es el principal rubro de importación. Entonces, el petróleo se vuelve cada día más caro porque necesita más lempiras para comprar el galón. Entonces sube el precio del transporte y la factura de energía eléctrica. Puede ser que el barril de crudo siga costando 100 dólares, pero antes solo se necesitaban entre L1,900 y L2,000 y ahora se requieren L2,100 para comprarlo”, dice.

Para Rafael Delgado, presidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE) del capítulo norte, la banda cambiaria actual representa un buen mecanismo para administrar las divisas del país.

“Esos llamados a sustituir la banda cambiaria por un mercado libre de divisas no funcionan en nuestro país. La oferta de divisas está concentrada en muy pocos productores. Otra cosa sería si tuviéramos una industria exportadora pujante o una serie de empresas y sectores que generen divisas”, explica el experto.

El banquero Jorge Bueso Arias considera que el tipo de cambio fijo es conveniente para controlar la inflación. Sin embargo, Rafael Delgado estima que no es apropiado porque el BCH tendría que tener suficiente divisas y reservas para defender ese mecanismo.

Turbulencia cambiaria en el mundo a velocidad récord en la situación que se encuentra Honduras no conviene que haya más devaluación, pues actualmente la economía nacional es deficitaria en casi $5,000 millones.

Las alternativas que tienen que buscar los productores es tener un aumento en su producción y mayor productividad.

Deben luchar para que haya un libre mercado que permita una sana competencia. A veces no sucede porque no se produce lo suficiente para cumplir con la demanda de los mercados internacionales.

En algunos países hay subsidios para el sector agrícola e incentivan para ser más competitivos. El Gobierno debe incentivar también con la aprobación de medidas de exoneración.

Según el Informe global de la competitividad internacional 2013-2014, Honduras ocupó el lugar 111, donde no fue el factor económico que ocupó el primer lugar, sino que la corrupción, la inseguridad jurídica, entre otros.

El Banco Central de Honduras está haciendo lo mejor que puede, porque está haciendo lo posible para proteger el valor interno y externo de la moneda. Sin embargo, cuando el país tiene más importaciones que exportaciones, todo sale más caro.

Por otra parte, la suma de los últimos cuatro años da un promedio de 48% de défícit mayor que los ingresos.

Cada vez que se devalúa va a afectar directamente al diferencial que queda. Distinto sería que se tuviera una diferencia baja o un déficit casi en cero, es decir, que las importaciones fueran igual que las exportaciones.

Esto también indica el grado de apertura de la economía hondureña.

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